Colesterol y mercado « El blog del tonelero

Supongamos que cualquiera de nosotros tiene un alto nivel de colesterol en sangre, supongamos que esto nos empieza a acarrear serios problemas de salud. El sentido común nos dice que debemos acudir al médico, este nos dice que el mejor remedio para acabar con nuestro problema de colesterol es aumentar el consumo de grasas, bollería industrial, refrescos y eliminar de nuestra dieta las frutas, verduras, las carnes bajas en grasas ¿Qué pensaríamos de ese doctor? Evidentemente que ha perdido el juicio y lo único que quiere es matarnos. Pues eso, precisamente eso, es lo que ocurre en la economía, los doctores de nuestra economía recomiendan como receta para salir de la crisis más dosis de lo que se ha demostrado que nos ha llevado a ella, más desregulación, más privatizaciones, flexibilización del mercado de trabajo (o lo que se denomina eufemísticamente reformas estructurales), reducción de salarios, reforma de la negociación colectiva, etc…¿acaso pensamos que están locos?, no, los medios de comunicación que para su propia subsistencia necesitan de la financiación de las grandes empresas, se encargan de convencernos de que la única vía para curar nuestro colesterol es comer más donuts.
Las crisis son momentos de oportunidades, se encargan de repetir algunos, oportunidades para lograr la limitación de los derechos individuales y empeorar la situación de la población. Durante los años de esta crisis el número de millonarios en España ha aumentado un 12,5% y el número de pobres ha alcanzado los 9.000.000 millones. El enfermo empeora, apliquémosle una reforma laboral que va a flexibilizar la contratación, resultado, el paro aumenta hasta casi 5.000.000 millones de desempleados.
La doctrina del Shock, de Naomi Klein, analiza como los grandes poderes financieros aprovechan los momentos de crisis para convencernos y aplicarnos una única receta, más desregulación, menos estado y más mercado. Una lectura obligada para conocer las manos que mueven nuestros hilos y la forma sutil en la que nos convencen que solo hay un camino para solucionar esas crisis, camino que nos llevará irremediablemente al infarto final.