- Como tu podrás saber hace mucho tiempo que te busco, yo quisiera algo de ti pero como es tan especial quisiera que me concedas un año, un año nada más.
A lo cual la Vida contestó :
- No, no lo intentes. No te apures , no te esmeres.
Simplemente, el tiempo transcurrió y pasaron cientos de cientos de años , y nuevamente la Muerte se encontró con la Vida. Entonces la Muerte le dijo a la Vida:
- Tengo tantas cosas para darte ,tantas, tantas. La otra vez te pedí un año después me dí cuenta que fui imprudente . Por favor , concédeme la doceava parte , dame solamente un mes.
Y la Vida le contestó :
- ¡ Jamás !
Y volvió a pasar el tiempo y pasó más tiempo que antes , y la Muerte se volvió a encontrar con la Vida. Y la Muerte le dijo a la Vida :
- Tú no sabes como me ha afectado todo este tiempo, el no haberte visto. He adelgazado como ves y me he demacrado mucho. Por favor, necesito decirte algo y perdóname una vez más. Dame aunque sea un día.
A lo cual , la Vida contestó :
- Sí antes te dije jamás . Sí antes te dije que nunca , hoy te repito que no insistas. Porque entre tú y yo no hay conciliación , porque entre tú y yo hay una gran distancia. Un día , a ti no te concederé.
Bueno, si antes había pasado el tiempo , pues ahora pasó el doble , el triple. Y la Muerte volvió a encontrarse con la Vida, y le dijo :
- Hace muchísimo tiempo que no te veía , ya no soy ni piel seca, ni huesos , ahora soy menos que una sombra . Yo te imploro, yo te ruego que me perdones por lo que antes te pedí. Pero concédeme por favor, un minuto , un minuto nada más.
A lo que la Vida contestó :
- No pretendas convencerme. No pretendas confundirme. Yo no te voy a dar ese minuto. ¡ Veté , fuera de mi vista !
Y pasó el tiempo, tanto tiempo que es incontable. Más volvió a encontrarse la Muerte con la Vida . Y la muerte lloraba , lloraba sin cesar y entre lágrimas decía:
- No tengo carne, no tengo huesos, no soy ni sombra, solo soy un llanto inconsolable. Soy un llanto que no puedo parar y tengo tanto que darte. Imploro tu misericordia, concédeme un instante , te lo ruego.
Y la Vida se conmovió , había en el llanto algo indescribible , algo que no se podía definir. Y entonces , la Vida le dijo a la Muerte :
- ¡ Oh, fantasma ! ¡ Oh , espectro ! . Me conmueve tu llanto y tu lamento. Más sólo un instante , te concederé.
Y la Muerte contestó :
- Un instante me basta.
Y así fue, así sucedió , súbitamente la Muerte se hizo lozana, aquella sombra se hizo huesos y sus huesos se convirtieron en carne , habían ojos y boca . Y los ojos brillaban y la boca reía y reía, y decía :
- ¡ Lo logré, lo logré , al fin lo logré !
Y delante de la muerte se hallaba el cadáver de la Vida . Un instante solamente le bastó .
Pintura y Escrito : Oscar Basurto Carbonell
e-mail: mystic_art@terra.com.mx
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