Cuatro montañas, cuatro caminos , diferentes tierras, sabores, colores y aromas .
Estaciones en la vida tiene el hombre : Indefenso cuando nace. Brilloso cuando crece. Egoísta y altivo cuando se siente poderoso. Frágil , vulnerable y en extremo cuidadoso cuando llega a su tiempo de eternidad.
¿ Cuántas veces cambiamos ? ¿ Quiénes en verdad somos ?
Cultivar es necesario , en esencia, y por encima de la arrogancia trascender la lujuría y mirar con pureza.
Hay en la vida estaciones pero uno solo es el camino verdadero . No caigamos en tentación o lleguemos a ser insinceros. No hagamos de la razón un arma o convirtamos el sentimiento en algo falso o lastimero. Purifiquemos el corazón del hombre sin usar ninguna clase de fantasía , de engaños y de manipulación.
Mantengamos más bien la inspiración , la ilusión y la profunda dedicación , hacía una vida honesta, práctica y sincera , que el hombre tarde o temprano alcanza el tiempo de retornar a la tierra.
Sí en su camino ama el Bien su destino es las estrellas. Pero sí difama la verdad , hizo de su vida un juego de vanidad, será todo polvo y perderá la eternidad.
El camino es angosto y delgado , pero no es acaso la veta de oro tan escasa como preciosa, a veces una linea fina casi invisible. Porque la conducta del hombre para ser sabio y verdadero , ha de ser humilde y no soberbio . Es decir , que su trabajo ha de ser como de un joyero , delicado, silencioso y concentrado para llegar a ser lo más perfecto .
Entonces, el hombre descubre que no está solo, que siempre lo acompaña, lo maravilloso de lo más verdadero y hará de esto su morada , su refugio, su alimento , hasta conocerlo en la totalidad tanto dentro como fuera de si mismo . Evocamos para esto entonces a lo único real , el Amor de Dios Verdadero.
Pintura y Escrito : Oscar Basurto Carbonell
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