El Amor , el Amor . ¡ Que misterios tiene el Amor ! , y es pálido como la luna y es brillante, intenso como el sol . Pero no es así de simple ,no es así de sencillo , hay algo más, hay algo más oculto , hay algo más misterioso y probablemente tenebroso e inclusive insospechadamente cruel .El Amor es un misterio que nadie sospecha y que nadie comprende hasta que llega el momento que la comprensión es total , demasiada comprensión, demasiado entendimiento , y puede causar más de un momento de profundo dolor.
El caso que aquí se describirá a muchos hará temblar , a unos conmoverá , otros no querrán comprender.
El le decía , él la sentía . Y ella lo miraba, lo miraba y sin mirar.
Y él le decía :
- Amada mía , el Amor no se puede medir , no se puede calcular .
El se conmovió al verla una y otra vez . El sentía como que su amor crecía más y más. Y ella lo miraba, lo miraba sin mirar .
El entonces la besó , y aquel beso fue el más puro , más sincero . Y con esto, él sintió lágrimas en su corazón . Y le decía :
- ¡ Cómo es que puedo amarte tanto, tanto ! , que yo mismo no lo comprendo.
Y ella lo miraba , lo miraba sin mirar .
Y él le dijo :
- Yo quiero estar contigo , quiero que seas mi pareja . Yo quiero que seas la luz de mi día , la luz de la noche.
Y ella lo miraba, lo miraba sin mirar.
Entonces, él hizo otro intento más. El la abrazó con ternura , con dulzura y le dijo:
- Mi Vida mía , yo te doy todo lo que soy .
Y ella lo miraba, lo miraba sin mirar.
Resultó que las personas que pasaban por su lado también se conmovieron , lágrimas brotaban de sus ojos al ver la grandeza del Amor. Era tal intensidad que lo que se describía era en verdad algo incomprensible , pero para el corazón sensible la prueba más grande del Amor.
Y así , transcurrió el día , la tarde , llegó la noche y amaneció . Y él siguió diciéndole :
- ¡Amor mío! , ¡Amor mío! . Aquí estoy .
Y ella lo miraba, lo miraba y sin mirar.
Y entonces, un hombre anciano , que estaba cerca, dió un paso y otros más. Y le dijo:
- ¡ Que grande es tu amor !
Y él contestó:
- ¡ Que grande es mi dolor !
Y entonces el Anciano le dijo :
- ¡ Déjala ya !
Y él contestó :
- ¡ Jamás !
Y el Anciano volvió a decir :
- Tienes que dejarla y te digo con seguridad que a mi me sucedió lo mismo hace tiempo.
A lo que el joven contestó :
- Aunque pudiese no la dejaría . Ella es la vida mía.
Aqui hay misterio y en el misterio hay revelación que conmueve , por que ella estaba muerta y él estaba vivo. Y él la abrazaba y la besaba, por que así es la vida y ella tenía los ojos semiabiertos pero ella no miraba. Era la vida acariciando a la muerte , era la muerte presente llevándose todo lo que la vida le pedía.
Hagamos un pequeño paréntesis y estamos nosotros mismos con una vida , con una vida llena de deseo , de Amor ; pero nuestra Amada , ella está fría pero no de indiferencia sino del rigor de la muerte. ¡ Ah, que triste es la muerte ! , pero lo más triste de la muerte es que no puede responder . No te puede decir, sólo tiene que callar.
Y cuando la vida descubra esta realidad , cuando conozca lo profundo que es el Amor, conocera también que la muerte es un entendimiento de que de alguna manera la vida continua.
Para todo aquel que halla experimentado cualquier forma de pérdida comprenderá que la vida es tan capaz , que es capaz de amar la muerte.
Y él le decía:
- Te amo , vida mía.
Y ella miraba, miraba sin mirar.
Pintura y Escrito : Oscar Basurto Carbonell
e-mail: mystic_art@tera.com.mx
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