De las ramas de un árbol frondoso ha caído a la tierra una flor, llora la flor su antigua posición, y aspira otra vez, a vivir en la rama del árbol, más el viento la ha empujada demasiado, y un sol incandescente la está secando, y la flor ahora ausente del árbol amado, llora y llora, hasta que de repente la flor finalmente se ha secado. Pero su aroma ha subido al cielo y de lo alto ha divisado al árbol amado y un viento la ha regresado a su amado.
Y la flor le ha dicho al árbol:
- Ya no soy una flor, como lo fui antes, aquella flor murió pero ahora soy su esencia y su perfume.
Y el árbol entonces, le dijo:
- Cuando tu partiste yo me sentí muy triste, pero ahora que regresas nunca más partirás, y tu has de ser uno con mi ser.
Y así fue pues de aquella flor, y de aquel árbol. Más vieron en su lugar muchas flores que cubrían al árbol de colores, y así pues que todo el año aquel árbol florecía, no importa que sea invierno, no importa que caiga la nieve, ni importa que en ocasión haya sequías , siempre hay una flor nueva cada día .
Y aquel árbol tiene un nombre, es el árbol del amor, el cual siempre tendrá una flor.
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