El amor estaba muerto en aquella ciudad , había un mausoleo y una tumba finamente decorada, nos hablaba de su adiós, y un epitafio decía: “Adiós, mi Amor más grande de mi vida. Adiós y, hasta nunca porque aunque te lo di todo, y ciertamente tú me pediste todo, nunca jamás me pediste amor”.
Y aquel pueblo está lleno de monumentos, de grandes edificios, de tiendas lujosas y de gran bonanza económica, pero en aquel pueblo, aunque hay mucho bullicio, no hay niños, no hay globos de colores, ni siquiera flores. Existen muchas personas pero todos llenos de ambición y verán tan solo en ellos ,como si tuvieran un crónico rencor. Una cosa que se va notando es que a los alrededores de la ciudad se ha vuelto desierto.
Y dicen, los más sabios que en algunos años, aquel pueblo, aquella gran ciudad en desierto también se convertiría, y aunque brille mucho el oro, las arenas lo cubrirán.
Y aquel pueblo está lleno de monumentos, de grandes edificios, de tiendas lujosas y de gran bonanza económica, pero en aquel pueblo, aunque hay mucho bullicio, no hay niños, no hay globos de colores, ni siquiera flores. Existen muchas personas pero todos llenos de ambición y verán tan solo en ellos ,como si tuvieran un crónico rencor. Una cosa que se va notando es que a los alrededores de la ciudad se ha vuelto desierto.
Y dicen, los más sabios que en algunos años, aquel pueblo, aquella gran ciudad en desierto también se convertiría, y aunque brille mucho el oro, las arenas lo cubrirán.
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