El ejército de los gigantes avanzaban por valles, senderos y caminos arrasando con todo lo que había a su paso. Al parecer buscaban algo que no podían hallar . Los pueblos dejaban delante de su ciudad, oro , plata y piedras preciosas, más ellos tomaban las piedras preciosas y a su paso destruían , rompían las cosas ,mataban a sus habitantes y todo quedaba desolado . Y así pasaron por muchos pueblos , continuando por los valles del mundo llevando ruina y destrucción .
Hasta que le llegó el turno a un pueblo muy pequeño, éste era muy pobre pero con algo muy apreciable que era la vida. Pero aquel pueblo se preguntaban ,¿ qué podian dar ? Pues nada tenían y siendo así el caso , con seguridad morirían.
Y un hombre sabio dijo :
- Si tenéis temor huid a los montes altos . Escondeos , corred . Yo soy demasiado anciano , no tengo nada material material que dar , asi que mi vida será dada.
Y aquellas personas huyeron llevando lo poco casi nada que tenían , y llegó el día , el momento, el instante que aquel ejército violento y terrible se hizo presente , y se podía sentir una fuerza bestial porque hasta el cielo se puso gris y el sol como no queriendo ver se ocultó.
Entonces, aquel anciano avanzó y llegó hasta los límites de la ciudad y abrió sus brazos en el instante que el rey de aquel ejército le iba a dar un artero golpe y con seguridad matarlo como había sucedido a todos los demás pueblos .
Aquel anciano dijo :
- Tomad de mi lo mejor de mi , lo único que tengo , lo único que puedo dar , lo más puro, sincero y original de un hombre que ya le quedan muy pocos días. Todo lo que yo puedo ofrecerles es todo lo que yo puedo dar, un abrazo y nada más.
Entonces , aquel gigante dejó caer su arma en el piso y siendo el rey y soberano.Como si hubiera dado una orden sin palabras que no necesita palabras, todo ese gran ejército dejó caer sus armas. Y aquel gigante se agachó y se hizo pequeño en humildad , y como si fuese un elefante gigante que recoge con cuidado una flor , recibió de aquel anciano su abrazo y con cuidado lo colocó en tierra.
Y se dió la vuelta ,y mirando a su ejército dijo :
- Este es un pueblo de hombres santos y puros , aqui no tiene cabida la muerte , ni la destrucción ,pues aquí nos han dado lo mejor , lo único verdadero y valedero.
Luego de decir estas palabras , hizo poner delante del anciano una gran fortuna , y le dijo:
- Esto nada significa para nosotros . Dale tú el uso . Nuestra batalla, nuestra búsqueda ha terminado , tu abrazo nos ha dicho que el mundo todavia merece vivir.
Dejaron las armas en tierra y como si el viento se lo hubiese llevado en instantes ya no estaba aquel ejército, desapareció. Y aquel hombre anciano ganó la batalla, pues había revelado la noble verdad , el Dar verdadero jamás morirá .
Pintura y Escrito : Oscar Basurto Carbonell
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